Terapia sexual
Este servicio está pensado para ayudarte a disfrutar de tu sexualidad de manera plena, satisfactoria y libre. Sin tabúes, mitos, creencias o dificultades que te lo puedan impedir.
Algunos de los varios problemas y dificultades sexuales que trabajo en consulta son:
La mal llamada impotencia, junto con la eyaculación precoz, es la principal demanda masculina. Abarca desde la incapacidad total de erección para conseguir el coito, hasta la pérdida parcial durante la relación coital. Aunque en ocasiones suele deberse a causas físicas, en la mayoría de los casos se debe a algún tipo de ansiedad, autoexigencia, nervios, inquietud… que generan un bloqueo que dificulta la erección.
La imposibilidad de controlar la eyaculación suele implicar un coito breve, con la consiguiente insatisfacción y la sensación de dejar a la pareja “a medias”. La autoestima sexual masculina puede verse seriamente afectada por esta dificultad. La sensación general de insatisfacción personal y, sobre todo, de la pareja, puede llevar a problemas más serios: como el temor al encuentro sexual e incluso a una actitud evasiva.
El abordaje terapéutico no son solamente meros ejercicios de control físico, sino que requiere también de un replanteamiento general de la actitud y/o disposición ante la relación sexual.
La IDS (Inhibición del Deseo Sexual) es una de las demandas más habituales en la mujer. Sin embargo, en las últimas décadas observamos que afecta tanto a hombres como a mujeres.
Aunque la queja viene formulada como pocas ganas, poca frecuencia o ausencia de relaciones sexuales, en muchos casos tras esta queja se esconden realidades muy diferentes.
A nivel individual puede deberse a bloqueos personales, dificultades para el disfrute (que llevan a que las relaciones no sean satisfactorias) y, a partir de ahí, el problema o la dificultad van aumentando.
Otras veces, tras la queja de “no me apetece”, se esconde una situación de pareja, donde la intimidad en su conjunto está afectada y la sexualidad es un elemento más de ese deterioro de pareja. Este deterioro se puede dar, además, en el plano sexual, convivencial o afectivo; aunque la queja se centre en el bajo deseo. En estos casos, si no mejoramos la situación general de la pareja, no podremos tampoco mejorar el nivel de deseo.
Por último, no hay que olvidar que el estrés generado por situaciones puntuales (incertidumbre laboral, cuidados familiares, etc..) o estables (como obligaciones cotidianas muy intensas) son un elemento que interfiere de forma sustancia la sexualidad y su nivel de deseo.
Esta demanda es más frecuente en mujeres que en hombres. Aunque la persona se excita y consigue un cierto nivel de placer durante la relación sexual, el orgasmo no llega a producirse.
En ocasiones la anticipación o el miedo al dolor, irónicamente, provocan una reacción muscular involuntaria en nuestro cuerpo que desencadena bien la imposibilidad de penetración, de cualquier tipo, bien el acompañamiento de dolor junto a la penetración.
ASESORAMIENTO SEXUAL
Si quieres conocer cualquier tema relacionado con la sexualidad, si tienes dificultades, dudas, quieres mejorar algún aspecto de tu sexualidad o simplemente tomar decisiones informadas y libres, puedes recurrir al asesoramiento sexológico.
El asesoramiento sexológico se basa en informar y asesorar sobre la sexualidad humana. Con las estrategias comunicativas y la información se ayuda a que la persona reflexione, identifique, entienda, tome las decisiones y trate de solucionar sus dificultades tanto a nivel individual como de pareja.
¡OJO! Este servicio no es sustituto de un proceso de terapia. Si lo que sientes es que tienes algún tipo de dificultad que te impide tu disfrute sexual o amoroso, tus servicios serán la terapia sexual o de pareja.
¿Qué temas podemos abordar en el asesoramiento sexual?
- Crecimiento erótico
- Educación sexual: miedos, mitos y creencias
- Autoconocimiento y autoerotismo
- Guías de iniciación en nuevas prácticas eróticas
- Promoción de la salud sexual
- Asesoramiento para relaciones no monógamas